viernes, 16 de marzo de 2012

VI Cumbre de las Américas




REPORTAJE - LA GRAN SALA DE PRENSA: 400 AÑOS DE HISTORIA

Cuando el rey español Felipe III concedió en el año 1603 a los jesuitas la cédula real para construir un colegió en Cartagena de Indias, no imaginó que 400 años después, en la que hoy es la sede del Museo Naval del Caribe, se congregarían cerca de 1.300 periodistas llegados de todos los rincones del mundo para cubrir desde allí la VI Cumbre de las Américas, que se realizará del 9 al 15 de abril próximo.

En un área de casi 4 mil metros cuadrados, el Museo Naval se compone de cuatro grandes salones que alojan documentos históricos, piezas arqueológicas, maquetas y muchos objetos didácticos que recogen parte de nuestra historia.

Temporalmente, la exposición naval está dando paso a un complejo montaje tecnológico nunca antes soñado en este edificio colonial que permitirá a los medios de comunicación nacionales e internacionales informar al instante por internet o vía satélite los pormenores de la VI Cumbre en cada uno de los sitios donde se realiza en Cartagena.

Primero Colegio y luego Hospital de Caridad

La velocidad con que viajaban los mensajes en el siglo XVII entre España y Cartagena no tenía la inmediatez de hoy. Los navíos españoles gastaban varias semanas en traer las comunicaciones reales que confirmaban o a veces paralizaban la edificación del colegio, ubicado muy cerca de donde se construía también la fortificación amurallada para proteger a la ciudad. El mismo salón donde en pocos días operará el Centro Internacional de Televisión, hace cuatro centurias era ocupado por aulas de clase para los estudiantes pertenecientes a las familias pudientes de Cartagena de Indias. Cuenta la historia del Museo que otra parte del Colegio eran los aposentos para los padres y hospedaje para los Jesuitas que viajaban en tránsito hacia toda Suramérica

La tranquilidad que se vivía en el Colegio cambió al finalizar el siglo XVII cuando una escuadra enviada por Luis Catorce, conocido como el Rey Sol de Francia, acompañada por piratas y filibusteros del Caribe saqueó sus instalaciones, llevándose incluso los objetos de culto y la custodia sacramental.

Desde sus ventanas, las mismas en las que en poco tiempo se divisarán los parqueaderos repletos de camiones con equipos técnicos y antenas satelitales, los estudiantes del colegio vieron desfilar en el horizonte marino la poderosa armada británica que atacó la ciudad en 1741.

El alegre bullicio de los estudiantes finalmente desapareció con la determinación del Rey de expulsar los Jesuitas de España en 1767. Las autoridades locales de la época dividieron entonces el edificio en dos partes. En el ala cercana al templo se instaló un hospital de caridad a cargo de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios. Y en otra área se instaló el Hospital Real de San Carlos, para uso exclusivo de los militares españoles.

Cuartel militar y primera sede de la infantería de marina

Cuenta la historia del Museo que transcurrida la guerra de la independencia, en 1821 los patriotas reconquistaron Cartagena de Indias al mando de José Prudencio Padilla pero la mayoría de las casas estaban desiertas y el edificio estaba en ruinas.

Tomás Cipriano de Mosquera confiscó en 1861 los bienes a las comunidades religiosas y los ‘juaninos’ debieron abandonar su derruido hospital que fue convertido en cuartel del Ejercito durante los siguientes 21 años. Fue entonces cuando el presidente de Colombia, Rafael Núñez, entregó al arzobispo Eugenio Biffi el cuartel para que fuera la sede de la curia local en un momento de reconciliación de la Iglesia y el Estado. El arzobispo restauró el edificio y lo devolvió a los jesuitas once años mas tarde, como santuario dedicado a la vida y obra de San Pedro Claver, apóstol de los esclavos, quien también vivió en sus instalaciones casi 200 años antes.

En la parte del hoy Museo Naval que continuaba deteriorándose fue instalado a principios del siglo XX el primer Batallón de Infantería de Marina colombiano, que en el año 1956 fue trasladado a una moderna base naval en la península de Bocagrande. Quedaba así abandonado el segmento ruinoso del edificio y nadie quería los restos de aquel viejo colegio.

El resurgir del Colegio ahora convertido en Museo

En 1984 la Armada Nacional entregó al almirante Raúl Grau Araujo la tarea de crear un espacio dirigido al público que permitiera conocer la historia naval colombiana. Con la colaboración del navegante e historiador Mauricio Obregón y de organismos internacionales se consiguió que los jesuitas cedieran la edificación con el fin de destinarlo a un Museo Naval, que hoy ha recuperado el mismo edificio construido hace 400 años.

Parte del edificio donde funcionaba el colegio está nuevamente dedicado --como Museo Naval-- a la muy noble tarea de educar a los jóvenes; en los aposentos siguieron presentes los Jesuitas con un número reducido de sacerdotes y bajo el altar del gran templo reposan los restos de San Pedro Claver.

Un escrito preparado por el curador Gonzalo Zúñiga y que se puede leer en las paredes del Museo reza: “Detrás de la cal renovada de las paredes del edificio, bajo los rústicos ladrillos de sus pisos y enterrados en lo profundo de sus patios sombríos están las huellas de los estudiantes que transitaron por sus pasillos, de sus maestros, de los piratas que saquearon la ciudad en el siglo XVII, de los enfermos que murieron en sus salones, de los defensores de Cartagena durante la independencia, de las miles de víctimas del cólera, de los militares que la habitaron en diferentes épocas y de los obreros que la rescataron de la ruina”.

El Museo Naval, corazón tecnológico de la VI Cumbre

Luego de observar diferentes escenarios en Cartagena de Indias para alojar la Gran Sala de Prensa, la organización de la VI Cumbre de las Américas determinó que el Museo Naval era el recinto ideal para albergar los casi 1.300 representantes de los medios de comunicación que se han acreditado y que llegarán, no sólo de los 34 países de América, sino también de Europa, Asia y África.

Durante los últimos seis meses, un equipo multidisciplinario integrado por personal técnico y especialistas de la comunicación trabaja en suministrar los servicios requeridos por los medios informativos de cara al cubrimiento informativo de un evento de esta magnitud. Además, de diseñar la topología de las redes necesarias para soportar la tarea del envío permanente de información de los casi 300 medios acreditados, entre agencias internacionales de noticias, canales de televisión, estaciones radiales, periódicos y portales web. Lo primero que se dimensionó fueron los requerimientos de carga eléctrica que permitieran el funcionamiento de 500 computadores, el Master de Televisión, equipos de grabación, cabinas y estudios de radio, oficinas de trabajo, circuitos cerrados de televisión, sala de ruedas de prensa, en un edificio que cuando se construyó hace 400 años se iluminaba con velas. Como resultado de este estudio, se determinó que para garantizar el trabajo de la prensa era necesario ampliar la red de media tensión para soportar alrededor de 500 kva, con su correspondiente respaldo.

Desde la primera semana de marzo se inició el trabajo para distribuir más de 20 kilómetros de cable de datos y de energía en todo el edificio. Todo esto sin alterar la estructura de un inmueble que es considerado de conservación histórica.

En distintos rincones de los 4 mil metros cuadrados del Museo Naval se han instalado 30 antenas de WI Fi y cerca de 400 puntos de red para tener acceso al canal de Internet Dedicado que atenderá simultáneamente las necesidades de comunicación de los periodistas, fotógrafos y camarógrafos acreditados.

En sus distintos salones, que alguna vez fueron destacados por su arquitectura como los más imponentes construidos en las colonias del imperio español, se ubicarán 142 mesas múltiples de trabajo, 600 sillas, 500 casilleros para guardar equipos y 28 salas y sofás.

Desde sus puestos de trabajo, en las cafeterías o en las salas de descanso, los periodistas podrán seguir las señales de los dos Circuitos Cerrados de Televisión, a través de 72 monitores y pantallas gigantes.

Para no perder detalle de las declaraciones de los Jefes de Estado, los periodistas contarán en el Museo Naval con 700 receptores de radio en FM que recibirán las señales de traducción simultánea en cuatro idiomas, desde los sitios donde se realicen los eventos de la VI Cumbre. En el Centro Internacional de Televisión --conocido como IBC-- se adecuará el Master para recibir las señales simultaneas de aproximadamente 70 cámaras con señal HD provenientes de distintos sitios como son: el Centro de Convenciones ‘Julio César Turbay Ayala’, donde se desarrollará la reunión de los Jefes de Estado y de Gobierno; el Centro de Convenciones del Hotel las Américas, sede del Foro de Actores Sociales; la llegada de los mandatarios a Cartagena en el aeropuerto Rafael Núñez; el Salón Bolívar del Hotel Hilton, que acogerá la Cumbre Empresarial; o, las transmisiones desde el Castillo de San Felipe y la Casa de Huéspedes, donde se realizarán eventos sociales.

Esta señal oficial de televisión, transmitida por satélite, podrá ser usada por los medios de comunicación del planeta y se distribuirá dentro del centro de prensa en las estaciones de trabajo de los medios de televisión acreditados. Para ello, se han habilitarán 104 puntos de distribución de video en calidad broadcast y 392 puntos de audio. Los colombianos podrán seguir las transmisiones de la VI Cumbre a través de los canales de RTVC.

Por último, un sofisticado sistema electrónico permitirá establecer cuántos medios de comunicación están presentes en la Gran Sala de Prensa, con miras a definir los servicios de transporte, alimentación e ingreso a las áreas donde se permite el cubrimiento periodístico.

Para que el ‘Corazón Tecnológico’ de la VI Cumbre de Las Américas funcione sin contratiempos se tendrá el apoyo de 150 personas, entre profesionales y técnicos, atentos a los requerimientos de los 1.300 periodistas. Desde ya se esperan largas jornadas que se iniciarán al amanecer con el trabajo incesante de las estaciones de radio y que culminarán al filo de la media noche con el envío de las últimas notas periodísticas preparadas por los corresponsales internacionales que informarán lo que sucede en el evento para el resto del mundo.

Tal vez, quienes caminen en las noches por los pasillos de este edificio que en cuatro centurias ha sido testigo de la historia de Cartagena de Indias, puedan dar fiel testimonio de haberse encontrado en un balcón con “la pareja de novios”, o en un zaguán con “el niño africano del turbante” y por qué no, con “el pirata sin cabeza” figuras éstas que muchos visitantes aseguran haber visto en el Museo Naval, que hoy se alista a todo vapor para ser la sede de la Gran Sala de Prensa de la VI Cumbre de las Américas.

Fuente: Eduardo Rodríguez – Prensa VI Cumbre de las Américas



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